Este libro acompaña una exposición que aborda la escultura de la segunda mitad del siglo XX desde el concepto de escala, entendido como un principio rector del desarrollo de esta forma artística. La muestra, que cuenta con Penelope Curtis como comisaria invitada, comienza poniendo el foco sobre prácticas artísticas que, bajo los efectos inmediatos de la Segunda Guerra Mundial, entendieron el espacio escultórico como refugio y encierro. En las más de cien obras, de unos setenta artistas, que se incluyen en la muestra, se combinan distintas acepciones de escala –medida, progresión y proporción–. Además se muestran muchas piezas que han abandonado los lugares tradicionales de exposición para ocupar otros espacios. Con más de quince textos y ensayos de especialistas internacionales, este libro quiere prolongar la vida de la exposición a la medida adecuada al conocimiento de la escultura contemporánea.