Esta muestra presenta 7 esculturas de pequeño formato, 6 relieves en barro cocido y 14 dibujos realizados entre 1939 y 1955 por Ángel Ferrant (1890—1961). Las obras proceden de dos colecciones privadas y se exhiben junto con una selección de fotografías, carteles, bocetos y libros, prestados por el Archivo Lafuente en Santander, que permiten al visitante acercarse a una personalidad artística importante pero no suficientemente conocida.
La figura de Ángel Ferrant resulta, aún hoy, difícil de clasificar en las narrativas habituales de la historia del arte de vanguardia. Modesto, escrupuloso, insobornable y escéptico, la carrera del artista describe una trayectoria zigzagueante más que lineal entre la escultura y el dibujo, los escritos teóricos y un último aspecto quizás más difícil de abarcar, la práctica pedagógica. Ferrant no solo fue un renovador de formas y conceptos de escultura, sino también un pionero en el terreno de la educación artística gracias a sus viajes a París y Berlín y su estancia en Viena. Más allá del primitivismo, para el artista el arte en un origen o comienzo permanente.
La exposición va acompañada de un catálogo con un ensayo Olga Fernández López y transcripciones de dos entrevistas a Ferrant de 1951 (una emitida en Radio Nacional de España en 1951 y la otra publicada en la revista peruana Mundo de Lima) y de su aparición en el programa de Televisión Española Imagen de una vida en 1958. El elenco de textos se cierra con una reedición de un artículo publicado por Ferrant en la revista mexicana Arquitectura en 1960.