Inspirada en un célebre ensayo de Robert Rosenblum (1927-2006), esta exposición presenta la conexión iconográfica, estética, histórica y cultural que existe entre la tradición del paisaje del norte de Europa, especialmente entre el primer romanticismo, y la abstracción moderna europea y norteamericana, mostrando la sugestiva idea de una suerte de “nacimiento de la abstracción desde el espíritu del paisajismo romántico” y vinculando casi dos siglos de historia del arte.
La componen 124 obras sobre papel de 26 artistas europeos y americanos. El recorrido se inicia con tres paisajes en sepia de Caspar David Friedrich, Primavera, Verano y Otoño de la serie Jahreszeiten [Las estaciones] (1803). Cubren el espacio entre 1803 y nuestros días autores relacionados con la “tradición nórdica”, como Philip Otto Runge, Johan Christian Dahl, Ernst Ferdinand Oehme, Carl Gustav Carus, Carl Blechen, Joseph Mallord William Turner, John Robert Cozens o John Constable; luministas americanos del siglo xix, como Frederic Edwin Church, Thomas Cole, Martin Johnson Heade o Albert Bierstadt; y artistas que se sitúan en la transición del siglo xix al xx o ya en pleno siglo xx: Vincent van Gogh, Piet Mondrian, Edvard Munch, Emil Nolde, Paul Klee, Vasíli Kandinsky o Max Ernst, entre otros. La muestra concluye con obras de las principales figuras del expresionismo abstracto norteamericano, como Mark Rothko, Adolph Gottlieb, Barnett Newman o Jackson Pollock, y también de dos pintores europeos contemporáneos, Anselm Kiefer y Gerhard Richter, en los que el acercamiento al paisajismo romántico es tan explícito como personal.